miércoles, 11 de enero de 2017

¿Se puede caer en la superstición con elementos cristianos?



Sí, sin llegar a ser una acción mágica, algunos llevan un determinado tipo de cruz (concretamente la Cruz de Caravaca) porque dicen que les va a dar suerte, o ponen la imagen de San Pancracio con una ramita de laurel en la mano para que el negocio vaya bien, o rezan folletos en los que se dice por ejemplo: para obtener buenas calificaciones en los exámenes, rece siete veces el padrenuestro, tres veces el avemaría y una el gloria, lea esta oración y hágalo cuatro días seguidos, obtendrá lo que pide. Esos folletos tienen oraciones seguidas de un número determinado de días y de repeticiones para conseguir infaliblemente que un negocio vaya bien, para obtener novio, para sanar de una enfermedad concreta. Las listas de oraciones y repeticiones especifican el tipo de enfermedad, el problema económico, etc. Esos libros indican una práctica concreta para cada mal concreto. Eso es pura superstición.

Ya no es la fe sencilla de un hijo que pide a su Padre, sino un recetario de fórmulas concretas que se han de hacer de un modo concreto y con el cual se obtiene infaliblemente el efecto.

Hay quienes al tocar una imagen con las manos o besarla, lo hacen con cariño y fe, y los hay que lo hacen como un mero medio material, físico, en orden a obtener lo que desean. En el hombre de fe, prima la petición. En el hombre supersticioso, prima la realización de una determinada acción. No pocas veces la petición y la superstición se mezclan, habiendo algo de lo uno y algo de lo otro. Siempre es necesario purificar.

Padre José Antonio Fortea.