Hay quien no quiere estar trabajando con una persona, porque dice que le transmite mala energía. O que quiere que un conocido deje un grupo de amigos, por lo mismo: me transmite mala energía. Nadie da buena o mala energía a nadie. Hay personas que nos contagian por su palabra, gestos o imagen su optimismo, su alegría u otras cosas buenas. Y hay personas que no pueden evitar el mostrar la agresividad, tristeza o pesimismo que reina en su interior. El alma manifiesta su interior cada vez que hablamos, nos movemos y entramos en contacto con otros. Pero no transmitimos nada energético, ni positivo, ni negativo.
Padre José Antonio Fortea.