jueves, 12 de enero de 2017

¿Qué puede hacer un familiar para sacar a alguien de una secta satánica?


Hablar con él de Jesús, de Dios, de la salvación. Sería lo ideal para que la Palabra penetrara en su corazón. Pero normalmente los servidores del mal se llenan de ira en cuanto alguien les habla de religión. Es inútil insistir, lo único que se logrará es enfadarles más.

Cuando alguien está cerrado a la Palabra, lo único que se puede hacer es orar por esa persona todos los días. La oración que se use da lo mismo: vía crucis, rosario, escuchar misas, ofrecer jaculatorias, etc. La oración logrará que la gracia penetre directamente en lo más profundo de su corazón y allí sienta remordimiento. Con la oración, se logra que la luz de Dios penetre hasta el centro del alma. Pero hay que insistir, estas personas pueden rechazar los remordimientos de forma perfecta durante meses o años.

Si todo falla, no hay arma más poderosa que el sacrificio: ayunos, mortificaciones en cosas pequeñas, penitencias corporales.

Si después de años, no se observa cambio ninguno, no hay que desesperar. Dios puede acumular esas gracias para lanzar el ataque final en el momento de la muerte de ese desdichado. Es el último ataque de Dios en el último momento de la vida, una gracia poderosísima que puede convertir al más endurecido de los hombres.

Pero si ni aún así la persona acepta la gracia, entonces se convierte en un habitante del infierno y no hay que tener ninguna pena por alguien que a ciencia y conciencia ha optado por ese destino con todas sus fuerzas, con toda su mente y su corazón.

Padre José Antonio Fortea.