El hechizo es aquella operación que se hace para obtener algo positivo con el concurso de los demonios. Si en el maleficio se busca dañar a alguien, en el hechizo se busca algo positivo, es decir: que alguien se enamore del que hace el hechizo, que vayan bien los negocios, que ascienda de puesto, etc. Como es lógico el demonio no puede todo, sólo tentar. De ahí que si puede influir algo será a través de la tentación. El hechizo no suele conseguir lo que se busca con él. Y, sin embargo, suele provocar posesión o algún tipo de influencia. Siempre en el que lo hace o lo encarga, y a veces también en la víctima del hechizo.
Cuando se exorciza a alguien si se encuentra el objeto del hechizo o del maleficio se ha de destruir. Pero si no se encontrara sería completamente indiferente, ya que la oración a Dios destruirá toda influencia de ese objeto demoníaco.
Contra el hechizo aplíquese el mismo remedio que para el maleficio, pues en definitiva es el demonio actuando.
Padre José Antonio Fortea.