S.V.- "Muchos sufren, hijos míos, -así digo-, sufren cautivados y cegados por las cosas materiales. Muchas personas, a pesar de tener buena voluntad, no pueden acercarse más al buen Dios porque los bienes materiales se levantan como un muro entre Dios y el alma. Entre ustedes también hay almas bien intencionadas que hacen cada vez en cuando serios sacrificios; sin embargo, no pueden recibir aquellas singulares gracias a que aspiran, porque los bienes o intereses materiales les mantienen ciegos. Estas almas reciben ininterrumpidamente las inspiraciones de lo que tienen que hacer, pero no quieren creer que esta iniciativa les viene de Dios, del ángel de la guarda o de su santo patrono".
El Padre Celestial no desea que a estas personas tratemos de convencerlas o influir en ellas de cualquier modo porque espera de ellas la renuncia voluntaria. Y también porque la Providencia divina, la delicadeza divina considera que el interesado no podría, a pesar de los avisos, renunciar y podría hasta pecar con desconfianza.
Mensajes de Jesús y María que hablan de
LA LLAMA DE AMOR DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA