ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Por la señal..
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quién creo y a quien amo sobre todas las cosas, pésame de todo corazón de haberos ofendido con tantas y tan repetidas culpas, porque sois infinitamente bueno y dignísimo de ser amado. Suene ya en mi alma el eco de vuestra voz dulcísima y todopoderosa, para que despierte del sueño de muerte en que la entretienen las nonadas y bagatelas de este mundo. Mucho os he ofendido, amorosísimo Padre mío; haced, pues, que me arrepienta y llore mis pasados yerros a fin de que merezca amaros y alabaros en el Cielo. Amén.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN
Delante de vos, ¡oh gloriosa abogada Santa Rita!, mi alma siente hoy la necesidad de invocaros, y con grande esperanza recurre a vuestro refugio como patrocinadora de los casos más desesperados. Vos, que, además, tan bien habéis entendido la expresión evangélica en que «serán bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos», y que os despojasteis de todas las cosas de este mundo, desprended mi corazón del afecto a los bienes de esta tierra que le aprisionan, y haced que incesantemente y con firmeza de propósito reflexione las palabras del Divino Maestro, que dicen: «¿Qué servirá al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?»
MÁXIMA
El desprendimiento de los bienes de la tierra, o sea la pobreza evangélica, es una gran riqueza para el cielo y un tesoro preciosísimo que nadie nos podrá quitar. (San Juan Crisóstomo.)
PROPÓSITO
Haré, mediante la protección de Santa Rita, por romper los lazos que tienen ligado mi afecto a las vanidades de este mundo.
Terminar con 3 Padrenuestros, Avemaría, Gloria y la oración final de todos los días.
DÍA SEGUNDO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN
No basta, gloriosísima Santa Rita, protectora mía, que yo camine por la senda del bien si en él no soy perseverante. Vos, pues, que fuisteis modelo de cristiana constancia en practicar la virtud, alcanzadme fuerza para que adelante más y más en la senda de las santas costumbres en que, con la gracia de Dios, intento ocuparme, procurando copiar en mi vida la del justo, que semejante a la aurora crece hasta el perfecto día a fin de que quede bien impresa en mi alma la sentencia del Divino Maestro, que dice: «El que perseverare hasta el fin, será salvo.»
MÁXIMA
En el camino de la salvación todos debemos correr sin volver atrás hasta que lleguemos al término y mantener siempre vivo el deseo de correr más. (San Agustín.)
PROPÓSITO
Suplicaré siempre al Señor, muy especialmente en la Sagrada Comunión, el don de la perseverancia final.
Terminar con 3 Padrenuestros, Avemaría, Gloria y la oración final de todos los días.
DÍA TERCERO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN
Aunque conozco bien, ¡oh gloriosísima Protectora mía Santa Rita!, que me es necesario despreciar los insultos y burlas de los impíos, que con toda astucia procuran llevarme por los caminos de su malicia, no obstante, es tan grande mi fragilidad, que al instante me asusta ese temor vano. Venid, pues, en mi ayuda, Santa bendita, con vuestro patrocinio, para que sepa imitaros en vuestro desprecio a los que se burlan de la doctrina de Jesucristo, y pueda libremente decir con San Pablo: «Yo no me avergüenzo del Evangelio.» De este modo nada será capaz de separarme del servicio de Dios.
MÁXIMA
De nada sirve la amistad de los hombres, y nunca debemos complacerles con ofensa de Dios. (San Agustín.)
PROPÓSITO
Cuando me hallare en medio de los que se burlan de las enseñanzas de la Iglesia hablaré con entero valor por sostener la verdad.
Terminar con 3 Padrenuestros, Avemaría, Gloria y la oración final de todos los días.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
V. Ruega por nosotros, Santa Rita.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Dios, que te dignaste dar tanta gracia a Santa Rita que amase a los enemigos y llevase en la frente y en el corazón las señales de tu caridad y pasión, te rogamos nos concedas que del mismo modo perdonemos a nuestros enemigos y contemplemos los dolores de tu pasión, para que consigamos los premios prometidos a los mansos y a los que lloran. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Fuente: DevocionarioCatólico