Mucha gente me escribe y me pregunta: “¿Qué hay de malo en la homeopatía? ¿Puede usarla un cristiano? ¿Está relacionada con la Nueva Era y con lo esotérico?” etc. Tengo que decir que no he llevado a cabo un estudio profundo sobre la materia, pero he visto los efectos perniciosos que produce en los cristianos y en su vida espiritual. He visto a mucha gente con problemas en su vida de oración, como falta de concentración, distracciones, sentimientos de cansancio, bostezos durante la oración, dolores por todo el cuerpo especialmente cuando invocan al Sagrado Corazón de Jesús, imaginaciones malas en especial inmorales durante la meditación cristiana etc. Todos ellos admitieron que habían estado haciendo tratamientos de homeopatía, y cuando les requerí para que abandonaran, fue entonces cuando fueron capaces de rezar con normalidad.
Recientemente vino un hombre a mí y me dijo que no era capaz de rezar en lenguas aunque llevaba mucho tiempo en la Renovación Carismática y en grupos de grupos de oración. Había estado tomando medicinas homeopáticas para el insomnio. Le pedí que dejara esas medicinas y tomara las medicinas normales escolásticas (alopáticas) y fue entonces cuando pudo orar en lenguas. Una monja en Eslovenia me dijo que el doctor que le había recetado homeopatía para curar su cáncer, le había pedido que dejara de recibir la Sagrada Comunión para que las medicinas tuvieran un mejor efecto. Mucha gente en Alemania, Austria y Francia me dicen que los médicos homeópatas a la vez que les recetan las medicinas, les aconsejan no hacer la Señal de la Cruz o invocar el nombre de Jesús antes de tomar los fármacos homeopáticas, pues los cristianos suelen hacer todo acompañados con la Señal de la Cruz o con una pequeña plegaria. ¿Por qué esta excepción con la homeopatía? ¡Quizá porque la Señal de la Cruz o el Nombre de Jesús pueda minar el poder o la energía de los productos homeopáticos!
Tengo un testimonio personal para compartir con vosotros. Hace 13 años un doctor católico homeopático me pidió que bendijese su clínica homeopática. Me fui contento a su clínica con las oraciones usuales del ritual Romano y esparcí el agua bendita por todos los lados según me iba requiriendo. Después de unos días me llamó y me dijo, Padre James, después de que bendijiste y esparciste agua bendita sobre mi clínica y sobre los fármacos, tuve que tirar todos los fármacos porque habían perdido toda su “potencia”. ¡Gracias a Dios que no me amenazó con demandarme! Entonces le pregunté al mismo doctor por la perdida de “potencia” (poder) de las medicinas siendo que había rezado por ellas con el poder del Espíritu Santo. Tuvo que admitir que el poder de las medicinas era algo contrario al poder del Espíritu Santo. Entonces me pidió que observara la parte de atrás de los botes de las medicinas alopáticas en donde está claramente declarado el porcentaje de cada uno de los compuestos, por ejemplo Carbohidratos 15%, Magnesio 20%, Alcohol 5%, agua 10% etc. mientras que una declaración así no figura en los botes o paquetes de las medicinas homeopáticas, en vez de esto lo que se muestra en estas medicinas es su efectividad mediante “potencias” por ejemplo, potencia de 1000, potencia de 10000, una potencia de un millón etc. El mismo doctor admitió su ignorancia sobre el origen de este poder o potencia. Afirmó que el principal efecto de los fármacos homeopáticos era el efecto placebo. Está claro que la potencia es un poder oculto. Yo no hago ningún juicio sobre la homeopatía pues yo no soy un experto en ella, pero les diré una cosa a mis hermanos cristianos: no es bueno que un cristiano la use o la practique, sea cual sea el efecto que pueda aportar a la gente enferma. Está claro que la potencia es un poder escondido (poder oculto). Muchos tratamientos esotéricos y de la nueva era (terapias alternativas) se anuncian diciendo que son “baratas y no tienen efectos colaterales” pero no dicen que el principal efecto colateral sobre los cristianos es que “aleja a los cristianos de Cristo y de la Iglesia y de la salvación que Cristo ha traído a este mundo”. El documento vaticano “Jesucristo, Portador del Agua Viva” habla claramente del peligro oculto de la homeopatía y de otras medicinas basadas en poderes ocultos.
Padre James Manjackal.