martes, 3 de enero de 2017

EL DEMONIO Y EL NOMBRE DE JESÚS



El peor mal, el más grave peligro que nos amenaza a cada uno de nosotros todos los días y
todas las noches de nuestras vidas, es el diablo.

San Pedro y San Pablo nos avisan en el más fuerte lenguaje tener cuidado con el diablo, está usando todo su tremendo poder, su gran inteligencia, para arruinarnos y hacernos daño en todas las formas. No hay peligro o enemigo en el mundo que temer como deberíamos temer al diablo.

Él no puede atacar a Dios, así que vuelve todo su implacable odio y malicia contra nosotros. Nosotros estamos destinados a ocupar los tronos que él y los otros malos ángeles perdieron y eso le anima su furor. Muchos tontos e ignorantes católicos nunca piensan en esto. Nunca se cuidan en defenderse y dejan que el diablo les provoque infinito daño y les cause indecibles sufrimientos.

Nuestro mejor y más fácil remedio es el Nombre de Jesús. Echa al demonio volando de nuestro lado y nos salva de innumerables males. 

Oh, queridos lectores, decid constantemente este poderoso Nombre y el demonio no podrá
haceros daño. Decidlo en todos los peligros, en todas las tentaciones. Despertad, si habéis
estado durmiendo. Abrid los ojos al terrible enemigo que está siempre asechando vuestra
ruina.

Sacerdotes debieran predicar en este importante asunto. Tendrían que avisar a sus penitentes en el confesionario en contra del diablo. Aconsejen a la gente cómo evitar malas compañías, que puedan encaminarles a llevar malas vidas. La influencia del demonio es incomparablemente más peligrosa aun. Maestros, catequistas y madres debieran constantemente avisar a sus niños en contra del diablo. ¡Aun así, todos sus esfuerzos serán pocos!.

Extracto del Libro "Las Maravillas del Santo Nombre". Rev. Paul 'Sullivan, OP.