- El rencor o el rechazo de perdonar es el mayor impedimento. "Perdonad y seréis perdonados" (Mt 6,14), "Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden" (Mt 6,12).
- La falta de esfuerzo personal. Se espera todo del sacerdote o de las personas que oran. Hay que combatir todos los días.
- La falta de expiación o de reparación por nuestros pecados.
- Nos incumbe la obligación de reparar con el amor y la oración.
- Una práctica de magia, nunca confesada en la infancia, hecha a sabiendas o por diversión.
- Un pecado grave no confesado del que no queremos acusarnos y del que no queremos arrepentirnos y pedir perdón a Dios.
- Un pacto con Satanás o cualquier otra forma de atadura con el demonio para obtener algo de él, que ocultamos.
- El aborto. Los demonios atormentan a las mujeres que han abortado y la oración que no soportan es el acto de contrición que se dice diez veces seguidas de rodillas. Aconsejamos pues rezado varias veces al día.
- Desear ser liberado para dejarse ir de nuevo a una vida fácil e inmoral. Una conversión seria es indispensable.
P. Ghislain Roy
Para liberarse y sanar.