En los días pasados hemos informado en este blog sobre las detenciones de los integrantes de una secta chilena que, en su delirio fanático, quemaron a un bebé, además de la búsqueda de su líder y el hallazgo, después de su suicidio, de su cadáver en Perú. Algunos analistas han comentado la peligrosidad de algunas sectas en Chile. Ahora publicamos un interesante comentario escrito por el astrofotógrafo Arturo Gómez en el portal chileno de Radio Bio Bio.
Después de ver y escuchar sobre la secta que inmoló a un bebé en Quilpué, no puedo dejar de escribir este artículo sobre cómo las sectas y otros grupos de enajenados utilizan a la astronomía para engañar a los más incautos, aunque ya vimos que también caen muchos profesionales en estas redes. Aparentemente, la gran mayoría de las sectas están relacionadas con las religiones; pero hay en ellas un denominador común, que son ciertas conexiones con la astronomía.
Su líder, llamado Antares de la Luz, proviene del nombre de una estrella gigante roja, visible a simple vista, en la constelación de Escorpión, la que es fácil de ubicar en los meses de invierno sobre nuestras cabezas. Aunque ya estamos en una era de ciencia y tecnología, aún hay personas que se asustan cuando ven un círculo en el Sol o la Luna.
La última estupidez fue la del Fin del Mundo el 21 de diciembre del año pasado, en donde los agoreros de siempre, como son los numerólogos, brujos, ufólogos, tarotistas y horoscopistas apoyados en las creencias chinas, creían a pies juntos en el apocalipsis, cuando hablaban de un planeta “X”, de otro “rojo”, de Hercolubus, del sistema solar “Tylo” y de una lengua de fuego que provenía del Sol, para ese día y que nos iba a aniquilar.
¡Para qué decir de las naves espaciales que se aproximaban a la Tierra, a buscar a los elegidos! Los mayas, que nunca hicieron predicciones apocalípticas estaban también dentro de esta “juguera cósmica”, de la cual salió un producto llamado 21 de diciembre, Fin del Mundo. Se construyeron “bunkers” y otros guardaron agua en cantidades.
Pero toda esta estupidez humana,en donde se relacionan cosas astronómicas con estados esotéricos y energéticos, tuvo en el año 1997 un giro inesperado, ya que un grupo que se hacía llamar “La Puerta del Cielo”, se autoeliminó para irse en el Cometa Hale Bopp, que por esos años cruzaba los cielos de ambos hemisferios de la Tierra.
Fueron 39 personas, entre mujeres y hombres, los que se colocaron un plástico en la cabeza para acelerar la muerte e irse en “una nave espacial” (OVNI) que acompañaba, según ellos, al Cometa Hale Bopp. Como siempre lo he dicho, lo que ve la gente siempre lo mal interpretan y si no tiene respuesta, afirman que es un OVNI o un extraterrestre.
Resulta que en una de las fotos astronómicas que se tomaron en un observatorio, aparecía un objeto brillante al lado del cometa y ese objeto era, para el detector de luz del telescopio, un poco brillante, entonces el detector CCD se saturó, y cuando lo hacen se ve un “chorreo” de luz, aparentando ser un platillo volador. La imagen sobreexpuesta y saturada en el CCD, era una estrella brillante, como las hay tantas en el cielo.
Desgraciadamente, para el jefe de esta secta, un hombre mayor interpretó mal esa imagen, viendo un OVNI o nave espacial en esa fotografía. Esa era la señal que a él le faltaba y dio la orden de “irse” en ese vehículo; pero había que salir de esta vida…. y así lo hicieron. Se produjo el suicidio colectivo de estos 39 miembros, algunos habían sido castrados.
Cuidado, porque ya estoy escuchando falsas historias apocalípticas sobre un maravilloso cometa que tendremos en nuestros cielos a fines de año, más exactamente en noviembre y diciembre. Ese cometa se llama Ison y fue descubierto por dos rusos en el año 2012.
En estos momentos se ubica entre las órbitas de Júpiter y Marte; pero cuando se acerque al Sol, lo hará muy cerca de él y existe la posibilidad de que el núcleo del cometa se desintegre o bien, con suerte, pase victorioso de su influencia gravitatoria.
Se supone que sería el cometa del siglo por su posible extensa cola, la que abarcaría muchos grados en el cielo. Lo único que queda es esperar y prepararnos para disfrutar de ese espectáculo, al amanecer o al atardecer, según sea la posición del cometa en su órbita en relación a la Tierra.
Luis Santamaría