jueves, 17 de agosto de 2017

¿CÓMO ES EL REINO DE SATANÁS, EL REINO DE LAS TINIEBLAS?

Es una mentira que busca parecerse al Reino de Dios. Lean Isaías (14,12-15); se trata de Satanás. El profeta nos dice que, en su corazón, satanás está determinado a ser como Dios.

Satanás quiere en su reino todo lo que hay en el Reino de Dios, pero su reino es una mentira; es falsedad. En el reino de las tinieblas hay culto y adoración falsa; hay oración maligna. Nos ofrece felicidad y paz falsa, nos da sabiduría y conocimiento falso. Así tentó a Adán y Eva (Gén 3,5). Satanás dijo: “No. Dios sabe que al momento que lo comiereis (el fruto prohibido) seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.” En su reino, Satanás nos ofrece salud, que es la muerte y una protección falsa. Así como nos imaginamos a los ángeles del cielo cantando y adorando a Dios, así también hay una música especial en el reino de las tinieblas, que es mala.

El reino de satanás es una mentira. Quiere ser como Dios, pero en el primero de los Diez Mandamientos, Dios dijo a Moisés: “Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otros dioses fuera de mi” (Exodo 20,3). San Pablo nos dice que estemos en guardia: “El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, dando oídos a espíritus falaces y a doctrinas diabólicas” (1 Tim 4, l). Aferrémonos a nuestra fe en el Señor Jesús y en su Iglesia, pues nuestra salvación se logra por Jesucristo, mediante la oración, leyendo y estudiando la palabra de Dios en la Biblia y mediante la presencia de Jesús en el santo sacrificio de la misa en nuestros sagrarios.

Cuando los israelitas estaban a punto de llegar a la tierra prometida, el Señor Dios les dió muchos mandatos relacionados con la verdadera adoración deseada por Él y la adoración falsa que aborrecía. Este mismo Mandamiento es válido para nosotros en la actualidad.

“Cuando hubieres entrado en la tierra que tu Señor te dará, guárdate de querer imitar las abominaciones de aquellas gentes. No se vea en tu país quien purifique a tu hijo o hija, pasándolos por el fuego; ni quien consulte adivinos, y haga caso de sueños y de agüeros; no haya hechicero, ni encantador, ni quien pida consejo a los que tienen espíritu pitónico y a los astrólogos, ni quien intente averiguar por medio de los difuntos la verdad. Porque todas estas cosas las abomina el Señor; y por haber cometido semejantes maldades aquellos pueblos, acabará con ellos a tu entrada. Tú has de ser perfecto y sin mácula para con el Señor Dios Tuyo” (Dt 18, 9-13).

El Señor dice que debemos ser sinceros con Él. No podemos servir a dos señores. Jesús dice: “Quien no está conmigo, está contra mi” (Mt 12, 30). Debemos ser firmes en nuestra resolución de seguir solamente al Señor.

Consideremos ahora algunos ejemplos de poder y conocimiento prohibidos. Cuando hablamos de conocimiento prohibido queremos decir el que es obtenido fuera de la influencia divina o por el camino normal en que los humanos tenemos conocimientos. Ninguno de nosotros conoce el futuro; mediante nuestro conocimiento de circunstancias particulares podemos saber qué pasaría posiblemente. Esto es una cosa. Buscar conocimiento del futuro o conocimiento íntimo de alguna otra persona, aparte de Dios y con la ayuda de clarividencia y espíritus, es lo que significa conocimiento prohibido.

Poder prohibido es cierta clase de poder mágico que produce efectos, apartado de Dios y en cierta manera que está más allá de los medios humanos ordinarios.

El reino de las tinieblas y el conocimiento prohibido.

“No os desviéis de Dios en busca de magos, ni consultéis a adivinos, porque seréis por ellos corrompidos. Yo, el Señor Dios vuestro” (Lev 19,31). “La persona que se desviare para ir a consultar a los magos y adivinos, y se abandonara a ellos, yo mostraré mi saña contra ella y la exterminaré de en medio de su pueblo” (Lev 20,6).

Mons. Donald W. Montrose.