domingo, 8 de junio de 2014

SANTIFICAD, PUES, VUESTRA ALMA Y VUESTRO CUERPO


"Si el demonio no se atreve a entrar en ninguna casa en donde está el Evangelio, mucho menos se atreverá a entrar o introducir el pecado en un alma que continuamente se emplea en leerle. Santificad, pues, vuestra alma y vuestro cuerpo teniendo siempre en vuestro cuerpo y en vuestra alma el Santo Evangelio.